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Redacción
Desde que Cristo anduvo por el mundo, su Iglesia está siendo perseguida con saña. Pilatos achacaba a la envidia de los judíos la muerte de Cristo, el hombre – Dios que arrastraba multitudes tras Él en detrimento de la religión mosaica; pero ¿Por qué se sigue atacándola hoy? Difícil cuestión, porque los verdaderos motivos se encubren con razones muy diferentes y contradictorias. Sin embargo:
No hay duda de que el mundo cambiaría en tres días si todos los cristianos, especialmente los católicos, nos comportásemos como tales; pero muchos, cristianos y no creyentes, ocultamos miedosamente nuestra identidad para… no molestar. Y el católico, si es católico de verdad, tiene que creer por fe, justificada por la experiencia y la razón, el Credo con todo lo que ello conlleva de irracionalidad. No es fácil Creer en Dios padre todopoderoso creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible… Ha de creer en Dios y en el diablo, en los demonios y en los ángeles, en la gloria y en el infierno, y vivir de acuerdo con su creencia. Y caso contrario, que abandone la Iglesia y busque alguna o ninguna de las miles de religiones y secta que existen.
¿Acaso el mundo material es racional? ¿Por qué tiene que ser el mundo del espíritu? ¿Alguien ha sido capaz de demostrar que Dios no existe? No recuerdo quien escribió que “si todos los conocimientos del mundo estuviesen grabados en una cinta de dos kilómetros, nosotros no conoceríamos más allá de dos o tres milímetros. En verdad, todas las religiones son un puro misterio; sin embargo, ahí están vivas y pujantes con miles de millones de personas creyentes en todos los tiempos. Algún ser sobrenatural existe y nos ve.
¿Qué religión o civilización puede presentar al mundo éxitos tan espectaculares como la Iglesia de Cristo? Iglesia cuya doctrina está basada exclusivamente en el amor a Dios y a los hombres. Ese amor ha dado lugar a
1. Un reguero de cruces, templos, catedrales y monumentos de todo género a lo largo y ancho del mundo en alabanzas a Dios.
2. Un conjunto de cuadros, pinturas, monumentos y esculturas únicos en la tierra. En la América española crearon las primeras universidades, aprendieron sus lenguas, estudiaron su historia y costumbres y llenaron de monumentos, pinturas, catedrales y poblaciones en número y calidad comprables a los romanos en Europa, tarea en la que consumieron gran parte del oro obtenido.
3. Una literatura sin parangón basada en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento, en los Evangelios, en los Diez Mandamientos y en la maravilla de las Bienaventuranzas que han dotado a la humanidad de luz y norte para convivir con los hombres en la tierra y alcanzar la gloria tras la muerte. La Biblia es el absoluto best seller del mundo.
4. La moral a la que ha dado lugar se ha mostrado muy superior a cualquier otra a lo largo de los siglos. Cada vez que se ha intentado sustituirla por otra humana, siempre temporal, ha devenido en terribles cadenas esclavizadoras como las del fascismo, comunismo, progresismo y otros ismos.
5. Ninguna otra religión, ideología ni doctrina ha dividido la historia del mundo en dos partes: antes y después de Cristo
6. Ningún fundador de religiones, doctrinas o ideologías es comparable a Cristo, el Hombre-Dios que pasó por su tiempo haciendo el bien, curando, perdonando, amando y muriendo por sus enseñanzas. En realidad, Cristo ha sido el único verdadero revolucionario que ha existido en el mundo y que cambió las costumbres dándoles la vuelta como un calcetín
7. Creó a su Iglesia, como una organización no democrática – gracias a Dios- con un solo Jefe, el Papa y unas estructuras envidiadas por sus atacantes. Frailes, monjas, misioneros,…encuadrados en órdenes religiosas dedican su vida entera al servicio de Dios y de los hombres: escuelas, hospitales, ayudas a pobres y necesitados son parte de sus frutos sin comparación.
8. A sus frailes, monjas y sacerdotes se deben el que ha llegado a nuestras manos el conocimiento de las civilizaciones griegas, romanas y precristianas. También se deben a ellos las primeras Universidades del mundo y la transmisión de la enseñanzas hasta prácticamente el siglo pasado. A la Iglesia le preocupa mucho más que las formas de gobierno la formación y conducta de los gobernantes de la que se encargaban jesuitas, franciscanos, esclavos, etc.
9. ¿A qué se debe, entonces la inquina contra la Iglesia? En gran parte a la envidia de siempre. A que ha dejado con “el culo al aire” a otras religiones y sectas, a que impide que se elimine a Cristo para poner en su lugar a cualquier Cesar. A que la lucha entablada no es entre los hombres sino que como dice San Pablo en
10. Ef. 6, 11-12 aconseja “Vestíos de toda armadura de Dios para que podías resistir las insidias del “diablo” que no es nuestra lucha contra las personas de carne y sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas” O sea contra Satanás, palabra que hace sonreír a los que viven sin Dios, pero que repite insistentemente la Biblia.
El cristiano sabe que esta guerra la ganará Cristo, aunque pierda algunas de las batallas. Batallas en que intervienen sus hijos. Y de esas pérdidas de almas tendremos que dar cuenta los hijos, cuando se deban a nuestra inhibición, silencio y colaboración en la pretensión más o menos consciente de eliminar a Cristo de nuestro horizonte. Uno de los grandes misterios de Dios es que nos haya dado libertad hasta para ofenderle, insultarle y denigrarle públicamente y a través de leyes e instituciones creadas por los sin Dios. Es el precio de nuestra libertad. El Señor nos quiere libre, con la libertad, igualdad y fraternidad de las que hablan los Evangelios, nada que ver con las tramposas consignas políticas.
¿Alguna solución? Sí, las de siempre: Ha de creer en Dios y en el diablo, en los demonios y en los ángeles, en la gloria y en el infierno, y tener el valor de vivir de acuerdo con sus creencias. Caso contrario, que deje la Iglesia y busque alguna o ninguna de las miles de religiones y secta que se acomode a sus gustos y forma de vivir. Hay donde elegir. Lo intolerable e inadmisible es soportar a los enemigos dentro de nuestra propia casa
